En el post anterior ya vimos cómo identificar cuándo un bebé está preparado para empezar a comer. Si ya tenéis claro que ha llegado el momento, os estaréis preguntando: Vale, ¿Y ahora por dónde empezamos?

En los próximos posts veremos qué alimentos puede y no puede comer un bebé, y hablaremos también de si es mejor empezar con Baby Led Weaning  (BLW) o triturados. Pero antes de hablar de todo esto, quiero que tengáis muy claro qué es y para qué sirve la alimentación complementaria. En base a esto, os explicaré una serie de “normas generales” que vamos a seguir tanto si empezamos con BLW como si lo hacemos con triturados.

¿Qué es la alimentación complementaria (AC)?

Pues tal y como su nombre indica, es un complemento a la leche (materna o de fórmula), que ofreceremos a partir de los 6 meses. Y decimos que es un complemento porque hasta los 12 meses la principal fuente de alimento seguirá siendo la leche. En niños alimentados al pecho se mantendrá la lactancia materna a demanda, y en niños alimentados con fórmula seguiremos con las tomas habituales intentando asegurar que tomen entre 300 y 500 ml al día.

Ahora que ya sabemos que el alimento principal sigue siendo la leche, podemos relajarnos un poco y entender que el objetivo de la AC no es que el bebé se acabe todo el plato desde el primer día. El objetivo de la AC es descubrir y acostumbarse a nuevos alimentos que permitan al niño/a llevar una dieta sana a lo largo de toda su vida.

Así que vamos a desterrar la imagen del avioncito, de distraer con la televisión o la tablet para aprovechar y meter la cucharada. No se trata de que el bebé coma mucha cantidad y por obligación o porque “lo engañamos” mientras está distraído. Se trata de que adquiera un interés y una relación sana con la comida, aunque no empiece tomando grandes cantidades.

7 puntos clave a la hora de ofrecer nuevos alimentos

1. Comer en familia: Los niños son grandes imitadores. Si ven que los padres comen comida sana con interés y disfrutando de ella, van a querer hacer lo mismo. Esto es más fácil en bebés que hacen BLW, ya que comen de forma autónoma y una vez le pillan el truquillo los padres pueden comer al mismo tiempo que el bebé. De todos modos, si optáis por triturados, os recomiendo dejar al bebé sentado a la mesa mientras coméis para que participe de este momento familiar que es la hora de la comida.
2. Primero la leche, después la comida: Al contrario de lo que podríamos pensar, no conviene que el niño se enfrente a la comida nueva estando hambriento. Cuando un bebé siente hambre, lo que necesita es saciarse. Y la única cosa que conoce hasta ahora que le quita el hambre es la leche. Cuando le damos un nuevo alimento, el bebé no sabe que “ese nuevo juguete” también tiene la propiedad de quitarle el hambre. Así que si le ofrecemos nuevos alimentos cuando está hambriento, corremos el riesgo de que se frustre, se enfade y no los acepte, porque lo que está esperando es la leche que sabe que le sacia. Por lo tanto, no sustituimos tomas de leche por comida, sino que ofrecemos primero la leche (materna o de fórmula), y después los alimentos. Poco a poco el bebé irá aprendiendo que después viene la comida e irá tomando menos cantidad de leche.
3. La regla de los tres días: En el próximo post hablaremos de qué alimentos se pueden dar y cuáles no, pero como norma general, a la hora de introducirlos aplicaremos la regla de los tres días. Esta consiste en ofrecer un nuevo alimento al menos 3 veces antes de introducir el siguiente. ¿Por qué? Para identificar si aparece alguna alergia. Las alergias alimentarias pueden no aparecer la primera vez que se toma un alimento, pero sí hacerlo en las ocasiones sucesivas. Si dejamos pasar 2-3 días entre nuevos alimentos, en caso de aparecer una reacción alérgica podremos identificar rápidamente al culpable. Si por lo contrario, empezamos el primer día con un puré con 4 verduras diferentes y aparece una alergia, tendremos 4 alimentos que no podemos dar hasta que no se haga un estudio.
4. No ofrecer nuevos alimentos pasadas las 6 de la tarde. Suena un poco a los Gremlins, pero nada que ver. Se recomienda no dar nuevos alimentos a partir de cierta hora para que en caso de aparecer una reacción alérgica por la noche, esta no pase desapercibida.
5. Al principio se ofrecen los alimentos 1-2 veces al día, y poco a poco se van introduciendo más comidas.
6. Tener paciencia! No desesperéis si las primeras veces que le ofrecéis un alimento a vuestro bebé este lo rechaza, es totalmente normal. Pueden ser necesarios de 10 a 15 intentos hasta que acepte un nuevo alimento (y ojo, que aceptarlo no significa que le tenga que gustar!), así que hay que tener mucha paciencia. Recordad que el principal alimento hasta el año sigue siendo la leche, así que no os agobiéis si no se acaba el plato desde el primer día.
7. Los padres deciden qué come, el bebé decide cuánto. No hay una cantidad mínima que un bebé deba ingerir. Los bebés son capaces de regular su apetito según sus requerimientos energéticos, que pueden variar mucho según el niño o el momento del día. Por lo tanto, nunca hay que forzar a un niño a comer. Las únicas cantidades que hay que controlar son las cantidades máximas de proteínas. Os lo explico en el siguiente post.