Cereales para bebés: la mejor opción (para BLW y papillas)

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¿Hay vida más allá de los cereales de farmacia? ¿Cómo ofrecemos cereales en el BLW?¿Dormirá mejor el bebé si le ofrecemos cereales en el biberón? Todo lo que necesitas saber sobre cereales está en este post

Si os digo que vamos a hablar de cereales en alimentación infantil, seguro que lo primero que os viene a la cabeza son los típicos cereales para bebé que se venden en cajitas. Y es que la industria alimentaria ha hecho un gran trabajo haciéndonos creer que lo que tienen que comer los bebés es exactamente lo que ellos venden. Pero los cereales que puede comer un bebé que está iniciando la alimentación complementaria no son sólo eso: el arroz, el trigo o la avena son también cereales y se pueden comer desde los seis meses.

En este artículo vamos a hablar de ambos tipos de cereales: los de cajita y los reales. Veremos por qué los de cajita no suelen ser la mejor opción, pero os daré las claves para elegir los más saludables si queréis recurrir a ellos. En cuanto a cereales reales, os voy a dar varias ideas para ofrecerlos en alimentación infantil.

Antes de empezar a ver cada uno, que sepáis que todos los cereales, tengan gluten o no, pueden ofrecerse desde los 6 meses de edad. No se ha demostrado que introducir el gluten más temprano o más tarde modifique el riesgo de celiaquía, si un bebé tiene que ser celíaco lo será de todas formas.

 

CEREALES DE CAJITA

El problema del azúcar

Os comentaba que estos cereales no suelen ser una buena opción, y eso se debe fundamentalmente a que suelen contener demasiado azúcar. La OMS recomienda evitar el consumo de azúcar por lo menos hasta los 2 años de edad, así que es uno de esos alimentos fuertemente desaconsejados al iniciar la alimentación complementaria.

Quizá podréis pensar: de acuerdo, pues yo le voy a comprar unos cereales que en la cajita ponga “sin azúcares añadidos” y tema solucionado. Pues desgraciadamente no, porque la industria alimentaria se empeña en esconder este azúcar de diferentes maneras. Os cuento cómo lo hacen:

  1. Tiene nombres mil: Si miráis la lista de ingredientes, veréis que son pocas las veces que se refieren al azúcar por su nombre. Normalmente utilizarán pseudónimos para intentar que pase desapercibido. Varios de los que os podéis encontrar para referirse a él són: azúcar moreno, panela, melaza, jarabe de [inserte aquí lo que sea (arce, maíz…)], miel, zumo de [la fruta que quieras], cebada de malta, sacarosa, dextrina, dextrosa, glucosa, etil maltol, lactosa, galactosa, maltodextrina. Cómo veis, la lista es infinita. Pero no os preocupéis que hay un método más fácil de identificar si los cereales llevan demasiado azúcar.
  2. La hidrólisis: Aunque no haya azúcares añadidos, la forma de preparar estos cereales para que sean solubles hace que se creen azúcares libres. ¿Y cómo es eso? Pues una miniclase de bioquímica básica para entenderlo: los cereales están formados por carbohidratos complejos, que son cadenas muy largas formadas por muchas moléculas de glucosa unidas por enlaces. Para fabricar los cereales de cajita se suelen hidrolizar estas moléculas largas, o lo que es lo mismo, cortar esos enlaces. De esta manera, transformamos una molécula larga de carbohidrato complejo en muchas moléculas de glucosa, es decir, en azúcar libre.

 

¿Entonces hay que ser experto en lingüística y bioquímica para elegir unos buenos cereales? Pues tranquilos que no hace falta. Hay una forma más sencilla de hacerlo:

Cuando vayáis a elegir unos cereales, fijaros en la parte de la cajita que lleva la información nutricional (la tabla donde pone las kcal y los gramos de proteínas, hidratos de carbono etc). En la sección donde se lee “hidratos de carbono”, veréis que justo abajo dice: de los cuales azúcares. Y ahí es donde está el quid de la cuestión. Unos buenos cereales no deberían llevar más de 5g de azúcar por cada 100 de producto. Os sorprenderá ver que muchos de ellos llevan más de 15 o de 20g, lo cual es una auténtica barbaridad. Por muchas vitaminas y mucho hierro que lleven, si las cantidades de azúcar son tan astronómicas, no son un producto saludable.

 

CEREALES EN EL BIBERÓN: ¿SÍ O NO?

Ese es otro de los dilemas en cuanto a los cereales. Tradicionalmente se han recomendado los biberones de cereales para conseguir que los bebés durmieran mejor, pero siento quitaros la venda de los ojos: eso es un mito. Lo que no es un mito es que los cereales en el biberón se relacionan con mayor riesgo de caries y de obesidad, así que mi consejo es que no los ofrezcáis de esta manera.

Así que resumiendo: si por cuestiones de practicidad queréis dar cereales de cajita, os aconsejo elegir una marca que lleve menos de 5 gramos de azúcar por cada 100 de producto y ofrecerlos en forma de papilla con cuchara.

 

CEREALES REALES

Vistos ya los cereales de cajita, vamos con las opciones que tenemos con comida real, es decir, no procesada. Existen múltiples opciones que podéis ofrecer desde los seis meses. Algunas de ellas son: trigo y derivados como el pan, arroz, pasta, avena, quinoa, maíz o sémola. Aquí no tendremos el problema del azúcar, ya que ofrecemos el cereal tal cual es y nosotros elegimos cómo prepararlo.

La forma de ofrecer estos cereales naturales es muy sencilla, os dejo aquí varias opciones que os pueden servir:

  • Papillas: Si vuestro bebé ha empezado a comer triturados, la opción ideal será empezar con una papilla. Podéis elegir el grano que queráis (avena, arroz, maíz), hervirlo con agua o leche y triturarlo. Se puede preparar la papilla con un solo ingrediente o hacer mezclas con distintos cereales e incluso con frutas.
  • Porridge de avena: Tiene mucho éxito en bebés que hacen Baby Led Weaning. Se trata de calentar la avena con un poco de agua o leche durante unos minutos, hasta que adquiera una consistencia blanda y cremosa. Se puede dar tal cual o añadirle canela o fruta para darle más sabor (queda buenísimo con plátano o pera).
  • Pasta: Para bebés que hacen BLW les podéis ofrecer la pasta hervida o incluso con aceite de oliva o alguna salsa casera. Mejor si utilizáis pasta integral, y si vuestro peque no hace la pinza, elegid piezas de pasta grande que pueda agarrar con el puño. Recordad que por seguridad, no conviene dar pastas largas tipo espagueti sin cortar.
  • Bolitas de arroz: Una opción para ofrecer el arroz en forma sólida es hacerlo en forma de bolitas. Para que queden bien pegadas, coced el arroz un poco pasado, esto facilitará que las podáis formar bien y no se deshagan.
 

Si queréis más opciones y recetas, podéis encontrarlas en la app BLW ideas app y en el libro “Sin dientes y a bocados” de Juan Llorca.

Espero que estos consejos os sean muy útiles a la hora de ofrecerle a vuestro bebé una alimentación lo más sana posible. Un abrazo,

Di

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Pediatra

Practico la medicina basada en la evidencia y la pediatría basada en el cariño.

A través de este blog quiero acompañaros en la aventura de ver crecer a vuestros hijos y regalaros la mejor información para cuidar de su salud

Diana

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